domingo, junio 12

Divergencia

¿Cómo se pasa página cuando aún tienes que reconstruirla? Siempre he dicho que no se me dan bien los cambios, tampoco ser extrovertida o controlar las emociones. Pero finalmente ha llegado el momento en el que solo hay dos direcciones en el camino, izquierda o derecha, que en realidad da igual cual cojas porque ambos te llevarán al destino, claro que de tu intuición depende el ir por el camino más difícil pero que te deje un mejor sabor de boca. En el que caigas, te levantes y aprendas una y otra vez, que te tropieces con gente maravillosa que te abra el alma, la mente y la vida entera. O siempre puedes elegir ese camino fácil, sencillo, feliz y simple, que te ofrecerá una vida elemental, pero con el que jamás aprenderás a valorar la vida como se merece. 

Intuición, todo depende de la intuición, de arriesgar por un camino y esperar que sea el que más te enseñe en el viaje. ¿Pero qué injusto no? Esperar a que tu intuición no falle como si fuera una máquina mágica con final feliz como en las películas. 

Vamos a hacer un trato, vamos a escoger un camino, y si no nos gusta, nos damos la vuelta, vamos campo a través y creamos la opción C. Que da igual, que si quieres caerte, aprender y derribar muros tienes que decidir hacerlo sin esperar que el camino sea fácil, tienes que abrir bien los ojos y a la mínima muestra de una opción sencilla, desconfía y analiza bien las opciones, no vayas a estar dejando escapar ese tercer camino. Porque por mucho que te vaya a llegar lo que te mereces tienes que poner todo tu empeño. 

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