domingo, noviembre 19

Ojalá hubiera otoño en esta ciudad

Las noches se hacen días, los días; noches, y yo ya no veo ninguna diferencia. 
El invierno se ha llevado mi primavera, porque vino demasiado rápido, porque no me dejó tiempo para cambiar y adaptarme, aún hay hojas mustias en mi interior que no caen porque el frío las ha congelado. 
No caen, cortan el viento y lo hacen aún más helado a su paso. 

Me estoy congelando y ya solo me ayuda la música de los 60; esa que parece que siempre tiene sol en su ritmo, esa que promete summer nights de ensueño, es la única que trata de devolverme el calor perdido. 

Ojalá hubiera otoño en esta ciudad. 

viernes, noviembre 3

El resto no te pertenece

–Estoy mal. Seguro que tengo algún problema. No es normal que siempre me den ataques de depresión y ganas de llorar sin motivo. 
–Lo que te pasa, es que siempre estás buscando una excusa para estar mal. Es como si supieras que todo lo que empieces tendrá un fin y no luchas por mantenerlo. Te aferras al primer fallo que surja, al primer naufragio, si tienes posibilidad de estrellarte contra el iceberg tratas de pasar lo más cerca que puedas para que parezca un accidente y así tener una excusa para huir, para saltar al vacío. 
No te conformas con nada, ni con nadie porque crees, porque tienes la convicción, de que nunca podrás ser tan feliz como fuiste una vez. Te agarras a lo que sea, a cualquier cosa con tal de no arriesgar. Eso es lo que te pasa. Estás enferma, sí, enferma de pesimismo y negatividad. 
El día que aprendas a valorar lo que tienes, que dejes de buscar razones para huir, ese día volverás a ser feliz. Mientras tanto solo te espera infelicidad. 
Nunca nadie podrá estar a la altura de lo que buscas porque tú no los has creado, y todos somos personas diferentes. Como tales nos equivocamos, cometemos errores y actuamos, no cómo tú esperas, sino como nosotros creemos. Deberías darte cuenta.