martes, diciembre 12

La incesante hora del té

He vuelto a caer en la madriguera, Alicia;
y ha empezado a arder el cielo. 
Hay azules, rosas y naranjas
que parecen querer llenarme por dentro. 
Pero yo solo encuentro grises. 

Siempre vuelvo al agujero, parece que no me canso del país de las maravillas, parece que mi cabeza no se cansa de tanta locura. 

Otra vez es la hora del té. Y volvemos con los postres, las tartas, las pastas y el chocolate, todo es un festín; reímos, cantamos y bailamos, pero siempre vuelve a ser la hora del té. 


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